
“Viles soldados, volved las armas contra los enemigos de vuestra patria. ¡Pueblo indolente! ¡Cuan diversa sería hoy vuestra suerte, si conocieseis el precio de la libertad! Ved que aunque mujer y joven, me sobra valor para sufrir la muerte y mil muertes más”.
Policarpa Salavarrieta, mejor conocida como ‘La Pola’, heroína de principios del siglo XIX, durante la reconquista española, fue fusilada el 14 de noviembre de 1817 en la Plaza Mayor de Bogotá con tan solo 22 años de edad.
La Pola creció durante el periodo de independencia y reconquista , una época de guerra. En 1817 cuando se trasladó a Bogotá, ya participaba en actividades políticas y fue una de las pocas mujeres a la que se le reconoce haber participado activamente en los procesos de independencia en América Latina. Policarpa recibía y mandaba mensajes, compraba material de guerra, convencía a jóvenes y les ayudaba a adherirse a los grupos patriotas y fue espía en favor de la causa patriota, y murió como mártir en su batalla por la libertad.
Policarpa fue indispensable para el movimiento patriota y trabajó en conjunto con su hermano Bibiano y su prometido Alejo Sabaraín. Cuando los realistas capturaron a los independentistas hermanos Almeyda, encontraron en su posesión documentos que involucran a La Pola y sus labores de espionaje. Fue detenida, encarcelada y el Consejo de Guerra la condenó a muerte junto con Sabaraín y otros patriotas más.
La muerte de Policarpa Salavarrieta
Policarpa fue detenida en la casa de Andrea Ricaurte de Lozano y reducida en un calabozo en el Colegio del Rosario. El Consejo de Guerra la condenó a muerte el 10 de noviembre de 1817 y determinaron que su fusilamiento sería el 14 de noviembre a las 9:00 am.
La Pola marchó con dos sacerdotes a los lados con paso firme hasta el suplicio y no repetía lo que decían los religiosos, sino por el contrario se dedicó a maldecir a los españoles. Al subirla al banquillo, se le ordenó ponerse de espaldas porque así deberían morir los traidores; ella solicitó permiso para ponerse de rodillas, por considerar que ésta era una posición más digna de una mujer; mostrando gran parte de su espalda, murió.
El cuerpo de la Pola no fue expuesto en las calles de Bogotá como sus demás compañeros fusilados con ella, por ser un cuerpo femenino. Sus hermanos sacerdotes lo reclamaron y lo guardaron en la iglesia de San Agustín. La ejecución de Policarpa Salavarrieta, mujer joven, por un crimen político, movió a la población y creó una gran resistencia al régimen impuesto por Juan Sámano. Su muerte inspiró a poetas, escritores y dramaturgos para inmortalizar su historia, siempre resaltando su valentía y coraje. Maria Fernanda M.