
En la perla del Pacífico ha retornado el flagelo de la violencia, la inseguridad, el terror. El puerto nariñense pide SOS porque respira todo lo contrario a la tranquilidad que se venía viviendo días atrás. La capital de la salsachoke, el currulao, la tierra del carnaval del fuego, hoy está sumergida en una ola de violencia por sujetos que hacen parte de grupos armados ilegales.
El distrito nariñense hoy pide apoyo del gobierno e inversión social en un territorio que ha sido olvidado históricamente por los gobernantes de turno y donde muchos jóvenes cada día son artistas de un Tumaco diferente. Hoy el clamor es volver a ser esa perla del Pacífico que lleva por alusión a su gran biodiversidad.
En Tumaco las dinastías políticas se enamoraron del poder, la corrupción, el dinero, la burocracia, dejando atrás las posibilidades de buen vivir.
El clamor por la falta de empleo, de educación superior es también una de las grandes causas que han permitido a muchos tocar puertas o tomar caminos irregulares.
Tumaco no debe perder esa esencia que siempre ha tenido, antes de ahogarnos en la violencia e inseguridad, recuperemos nuestro territorio. Se necesita del gobierno y la voluntad de quienes lo administran, pero son las comunidades que hoy solo queremos respirar en paz, las que podremos sacar el distrito de la violencia que quiere ahogarnos, porque como decía Gaitán «el pueblo es superior a sus dirigentes».
Por Freiman Quiñonez Guerrero