Peregrinación por la Paz y la Vida


“A los poderes que tienen en sus manos la posibilidad de garantizar que no sacrifiquen más una generación de luchadores por la paz, de que no repitamos en Colombia hechos nefastos que queremos dejar atrás, como el asesinato de quienes se comprometen con corazón y alma a construir y a reconstruir, a reconciliar y a conciliar a la familia colombiana». Sergio Marín, excomandante de las FARC
El mundo por fortuna asiste a resolver los conflictos por la vía del diálogo, la inteligencia, la fuerza del argumento, las ideas; la mayoría de los conflictos en el mundo se han resuelto por la solución política negociada, la conversación, la negociación.
Hay conflictos en que la guerra decide por que uno de los contendientes vence militar y políticamente e impone sus condiciones, ejemplo el Perú, la guerrilla de Sendero Luminoso y la del Túpac Amaru, fueron derrotadas y sus principales líderes condenados a cadena perpetua, (Abimael Guzmán y Víctor Polay). El régimen abusó y violó los derechos humanos y el derecho internacional y por esto la justicia peruana condenó igualmente a Fujimori. Pero los conflictos armados de Centroamérica son ejemplos de solución política negociada como El Salvador y Guatemala; sin dejar de registrar el éxito Sandinista en Nicaragua.
Pero a la derecha no le sirve que las sociedades acudamos a la fuerza de la razón y desconocen el derecho inalienable de luchar por La Paz y la reconciliación. Hemos tenido el conflicto más largo y violento con una guerrilla de más de 50 años, y el estado colombiano no la venció militarmente, no la derrotó; en varios gobiernos se adelantaron negociaciones con esa guerrilla, el régimen, al frente de Juan Manuel Santos, con el beneplácito de los Estados Unidos quien tuvo un delegado en la mesa de La Habana, adelantó un largo proceso de negociación, que fue la continuación de procesos exitosos como los adelantados con el M19, EPL, CRS, QUINTÍN LAME, PRT.
Con plebiscito o no se firmó un acuerdo de paz, acompañado como el que más por la cooperación internacional; el mundo reconoció el esfuerzo de la mayoría del pueblo colombiano que le puso punto final a tanta muerte que producía este conflicto que nos avergüenza ante el mundo, porque la criminalidad ha sido ascendente, desde la violencia de los pájaros y los chulavitas, reemplazada por el paramilitarismo, el narcotráfico, la guerrilla y los aparatos de estado, todos en igual o menor proporción son responsables de la hecatombe que durante años ha vivido la nación, un conflicto con las prácticas más execrables, vejámenes crueles y dolorosos, el corte de franela, las masacres, los desplazamientos, confinamientos, torturas, falsos positivos, hornos crematorios, pozos de ácido, casas de pique, la violencia sexual, todas las prácticas de horror y miedo, se presentaron y se siguen presentando en el país.
En la Habana, Cuba, una vez terminadas estas reuniones y consolidadas las propuestas presentadas por los voceros del SÍ y del NO, las delegaciones del Gobierno Nacional y las FARC-EP se reunieron, entre el 4 y el 14 de noviembre con el objetivo de concertar un nuevo acuerdo final que, sin sacrificar las convicciones que le dieron forma al primer acuerdo, resolviera de manera eficiente las dudas e insatisfacciones que se habían manifestado de manera democrática a través del Plebiscito y señalara finalmente caminos viables y posibles para acabar con más de cinco décadas de conflicto.
Este Nuevo Acuerdo Final, de 310 páginas, contenía precisiones, ajustes y cambios en cincuenta y ocho de los sesenta ejes temáticos abordados durante las conversaciones entre las delegaciones. El 24 de noviembre de 2016 se realizó en el Teatro Colón en Bogotá la firma del Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera por parte del presidente Juan Manuel Santos y el máximo comandante de las Farc, Rodrigo Londoño.
Después de la firma y una vez que más de 15 mil hombres y mujeres de las FARC hicieron dejación de armas, se concentraron en zonas donde el gobierno del Presidente Iván Duque Márquez, después de 4 años no ha podido brindarles seguridad para ellos y sus familias, la apuesta del Centro Democrático, partido del presidente afirmó que haría “trizas La Paz” y sí que lo está logrado, son ya más 237 excombatientes firmantes del acuerdo asesinados; varias de las zonas donde estaban concentrados, tuvieron que abandonarlas.
Más de 700 miembros del ahora partido Frente Alternativa Revolucionario del Común (FARC) llegaron a Bogotá para protestar por los excombatientes que han sido asesinados luego de la firma de los Acuerdos de Paz de La Habana, hace cuatro años. Asimismo, exigen la conformación de una mesa de diálogo con el gobierno nacional y concertar posibles medidas para frenar los homicidios.
Sólo en esta nación que perdió hasta la posibilidad del asombro, los caminantes de la Paz deben marchar por medio país para pedir que no los maten, ante la mirada indiferente de una sociedad que se deja llevar por los cantos de sirena de los enemigos de la Paz y la reconciliación, quienes han lucrado siempre del terror, el medio y la guerra, y claro el presidente Duque no los recibió como a la Minga Indígena, porque estaba ocupado atendiendo al “embajador de Guaidó” al que lo pasaron por la frontera hasta Cúcuta los rastrojos.
Harold Ruiz Moreno
Ex concejal de Pasto