Mujer… objeto y trofeo de guerra…


“he creído que la palabra es la mejor forma de transformar el dolor”, “ver todos los días en mi cuerpo las marcas de la violencia sexual y de la tortura no me permite cerrar este ciclo”, “pero no me voy a callar”. (Jineth Bedoya)…
Marzo se ha convertido en el mes de la mujer, que además de conmemorar el día internacional de la mujer, desarrollan diferentes actividades y acciones donde se visibiliza los diferentes procesos de organización, de lucha, de denuncia, en el largo camino del reconocimiento de sus derechos. La lucha contra el feminicidio, la violencia intrafamiliar, que se acrecentó en pandemia, la denuncia permanente de la violación de la mujer, que en el largo conflicto que vive el país, ha sido violentada por todos los actores legales e ilegales, con actos degradantes en que han incurrido el paramilitarismo, la guerrilla, el narcotráfico y también por agentes del estado, que la han convertido en “trofeo de guerra”.
Uno de los actos de violencia execrable contra la mujer lo constituyen el caso de la periodista JINETH BEDOYA, ella que sufrió, el secuestró, la violación, la tortura y por cerca de 20 años la revictimacion, a Jineth y su Sra. madre les hicieron ese primer atentado, que nadie quiso investigar; le negaron un esquema de seguridad, entre la bruma de las amenazas, porque según ellos no estaban en riesgo; le reiteraron los mensajeros de la muerte que le quedaban tres días de vida si seguía describiendo alianzas entre ejércitos legales e ilegales; le pusieron una trampa en aquella cárcel llamada la modelo, porque estaba probando a todos que no era una cárcel sino la oficina central del crimen del país; la encañonaron, la amarraron, la secuestraron, la torturaron, la violaron y la dejaron casi muerta en una carretera un jueves 25 de mayo del año 2.000, frente a la indiferencia de un estado cómplice, que les facilitaba a los asesinos la impunidad total.
En este viacrucis la periodista JINETH BEDOYA, ha denunciado y demostrado ante todos los estrados, a los responsables de estas atrocidades, en búsqueda de Justicia, sí que el estado colombiano haya reconocido su responsabilidad, Lo que llevó a la periodista a recurrir a la justicia internacional, el sistema Inter americano de derechos humanos, quien ha escuchado con atención las denuncias argumentadas de la periodista, y la Corte Interamericana de derechos humanos, acusa al estado de ser corresponsable de lo ocurrido con las atrocidades cometidas contra JINETH BEDOYA.
Es inconcebible que el gobierno del presidente Iván Duque Márquez, revictimize a la periodista JINETH BEDOYA, porque la somete a revivir su suplicio, y de manera descarada recusa a 6 de los 7 magistrados de la CIDH, y se retira sin vergüenza de la audiencia que juzga a estado colombiano como corresponsable de lo ocurrido con la periodista, quien en la audiencia en referencia se escuchó su testimonio irrefutable e imborrable cuando afirmó de manera categórica “he creído que la palabra es la mejor forma de transformar el dolor”, “ver todos los días en mi cuerpo las marcas de la violencia sexual y de la tortura no me permite cerrar este ciclo”, “pero no me voy a callar”.
El Estado colombiano tomo la decisión de retirarse de la audiencia dejando el precedente de un gobierno dictatorial, que poco le importa las cortes internacionales, pareciéndose a gobiernos realmente autoritarios como el de Fujimori en Perú, el de Ortega en Nicaragua o el de Maduro en Venezuela. Al levantarse de la mesa confirma que poco le importan las víctimas, que poco le importa la impunidad de este caso y el de la inmensa mayoría de las víctimas desde horrendo conflicto, donde solo existe complicidad para los victimarios.
JINETH BEDOYA, es el claro y contundente testimonio de una mujer valiente, que ha enarbolando la defensa de los derechos de la mujer, de la libertad de prensa y opinión, donde la sociedad colombiana debe rodearla, acompañarla y exigir pronta justicia, porque su altivez e hidalguía es la más fiel representación de lo que es la mujer colombiana.
Harold Ruiz Moreno