Memoria de La Cocha


Cocha significa “laguna” en quechua. Quienes visitan esta bella laguna aseguran que en el ambiente circunda una energía positiva, excelente para recuperarse del cansancio de las actividades diarias. Este embalse, el segundo de mayor tamaño en Colombia después de la Laguna de Tota en Boyacá, se encuentra en el corregimiento El Encano de la capital nariñense, y allí encontraremos embarcaderos coloridos y pintorescos, lugares para compartir una comida, para alojarnos y para pasear en canoas, con la posibilidad de admirar sus aguas y apreciar la proliferación de especies de plantas y animales acuáticos y terrestres, razón por la cual es el recurso más preciado y cuidado por habitantes y turistas.
A sólo 40 minutos de Pasto, en La Cocha, encontramos historia, una historia de amor, una historia que relata el tiempo en el cual los seres humanos habitaban la tierra en armonía con la naturaleza y siempre ofrecían ofrendas a la madre tierra, que les daba un lugar paradisíaco para vivir. Ahora mismo en la laguna, es el sitio ideal para compartir amor y ver con estupefacción la creación a lo largo de los tiempos, es una oportunidad prodigiosa para construir nuevas historias.
Entre la vegetación, encontraremos los frailejones, debido a que se encuentra en el sistema de páramos más bajo del mundo, esos que son claves en el proceso captar agua en época de lluvias y liberarla en tiempos de sequía. También encontraremos anfibios, aves, peces y otras especies, que nos hacen comprender que hasta el animal más minúsculo del planeta cumple una función vital en su ecosistema.
Las comunidades no pueden ser excluidas en esta memoria de La Cocha, pues en sus alrededores se asientan comunidades descendientes de indígenas quechua, kamsá, kofán y quillacingas que consideraban el área como un lugar sagrado.
La laguna conserva una gran riqueza natural, además de proporcionar un maravilloso paisaje, tiene un santuario ubicado en la parte norte, un lugar de adoración y culto de los indígenas Quillasingas, el mismo que hoy se convirtió en un lugar de peregrinaje y festividades religiosas en las cuales se visita a la virgen de Lourdes.
Hay que ir a la laguna, compartir en familia, enamorarse de los colores y la gente, respetar a los animales, la vegetación y disfrutar del portentoso espectáculo que encuentras al llegar, crear tu historia y desconectarte del mundo. Maria Fernanda M.