
La información apareció este fin de semana, en una columna que la periodista Vicky Dávila publicó en la revista Semana.
El testimonio, según cuenta Dávila es del amigo de Javier Ordóñez, al cual esposaron junto a la víctima y fue conducido al CAI de Villa Luz, en Engativá.
El testigo cuenta que fueron tres horas interminables de terror y angustia, donde hubo patadas, choques eléctricos, puños y otros actos inhumanos. La historia comienza a medianoche, cuando la víctima, Javier Ordóñez, sale con sus amigos y se encuentra con los dos policías, los cuales, como aparecen en el vídeo que se volvió viral en las redes sociales, le propiciaron varias descargas eléctricas como un “intento” para inmovilizarlo y luego lo trasladan al CAI de policía de Engativá.
En el testimonio, el amigo de Javier asegura que a él lo dejaron bajar caminando, pero su amigo, por el contrario, se encontraba esposado de manos y pies y fue lanzado en posición fetal en el suelo. Javier se mantenía repitiendo que le dolía todo y él solamente le intentaba consolar diciéndole “tranquilo, tranquilo”, al fin y al cabo, ¿qué más podría haber hecho?
Entonces, aparecieron los policías, uno de ellos le pegó una patada a Javier en el rostro, en el pecho y otra en el estómago, mientras su amigo aterrado miraba y pedía que no le pegaran más. Para ese momento, ya eran pasadas las 12:20 de la mañana.
Después de un momento, quedaron los dos policías del famosísimo vídeo, los mismos que le estaban propiciando múltiples descargas con un arma eléctrica. El testigo afirma que, pese a que su amigo se encontraba ya muy mal, uno de ellos se le acercó y le pegó un puño en uno de sus ojos, dejándolo incluso peor. “Yo le dije al policía que mi amigo Javier estaba muy pálido y ya estaba inconsciente… Le dije que por favor le quitara las esposas, a lo que me respondió el policía que él era un pirobo que le gustaba pegarle a todo el mundo…”, agrega el relato publicado por Semana.
Fue entonces cuando alrededor de la 1:30 de la madrugada, llega al CAI otro de los amigos de la víctima, llamado Juan David, y fue este el que se dio cuenta que Ordóñez ya no respiraba. Comenzó a gritarles a los policías que llamaran a una ambulancia, porque el estado en el que estaba su amigo era deplorable “Uno de los policías lo cargó de los brazos y Juan David y yo de las piernas y como la ambulancia no llegaba, lo subimos a una patrulla y nos fuimos para la clínica”, atestiguó.
Posteriormente, lo llevaron hasta un centro médico, donde una de las doctoras que lo atendió, aseguró que cuando llegó ya estaba muerto. Con el rostro totalmente hinchado de las patadas y los puños que le pegaron los dos policías, según el relato.
La versión de los hechos que presenta el testigo, está muy acorde a las manifestaciones de asombro que dieron los familiares de Javier Ordóñez, cuando recibieron el cuerpo el viernes pasado, Mardo Ordóñez, uno de sus tíos aseguró para noticias Caracol que “Son heridas de sevicia, no es desconocido para la gente en general porque todo el país ha mirado el video y se supone que por la brutalidad con que estos dos funcionarios de la Policía remitieron contra mi sobrino causaron cosas raras, queda entredicho qué fue lo que pasó en el CAI”. El mismo familiar fue el encargado de enviarle un mensaje al Gobierno, luego de que este les pidiera perdón por lo sucedido y cerró con una petición en la que decía “Aceptamos el perdón, pero con la condición de que el presidente y el director de la Policía se comprometan con aclarar todo a la opinión pública”.