
“Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor”. (Últimas palabras de Salvador Allende).
América Latina ha soportado regímenes de miedo y terror que traen consignó la limitación de las libertades ciudadanas, donde los derechos humanos son violentados por gobiernos de corte derechista, que matan, asesinan con ley o sin ella, donde la democracia es gobernar para el perverso sistema financiero, para la acumulación de las riquezas, para la concentración de la tierra y los ingresos, colocando al servicio de unos pocos todos los poderes del estado.
Nada les sirve, a las opciones diferentes o alternativas que ganan dentro de sus propias reglas, los acaban, los expulsan, o en el peor de los casos, los matan. Cuando se accede a los gobiernos por voto popular, impugnan, desestabilizan, provocan conspiraciones, ponen al servicio de sus intereses el aparato militar o paramilitar, se alían o se asocian con la mafia del narcotráfico. Nada les sirve, ejemplos como el brasileño, o el chileno o el boliviano, para no referirnos al caso venezolano.
El PT brasileño logró el milagro y puso el gobierno al servicio del y para el pueblo con Lula y Dilma. Igual, la derecha con los gringos derrocaron a Dilma y enviaron injustamente a la cárcel a Lula, cobrándole su origen obrero. Se demostró la conspiración y hoy Lula es nuevamente la esperanza para el pueblo del Brasil.
En Chile, en la década del 70 del siglo pasado ganaron as elecciones con la Unidad Popular, al frente el líder inmolado Salvador Allende. La respuesta a la manifestación popular ganada en las urnas fue el golpe militar en asocio con la CIA, muerte de Allende y persecución, terror y muerte contra la Unidad Popular.
Pero como dice el dicho, “no hay mal que dure 100 años”. La primavera de la democracia al mando de los jóvenes, se levantaron contra el régimen chileno y lograron, con la movilización social y popular que se convocara un plebiscito para cambiar la constitución Pinochecista, y con más del 80%, lograron el triunfo y tiene la oportunidad de tener una nueva constitución.
En la Bolivia indígena, derrocaron con un golpe sangriento y sacaron del gobierno al gran Evo Morales, pero al final del día, la hidalguía y la altivez de la Bolivia resistente se impuso y con más del 76%, eligieron a Luis Arce, candidato Masista, como presidente y lograron la mayoría del parlamento, ante el silencio de la conspiradora OEA fiel servidora de los intereses del amo del norte.
El mundo ha visto con estupor el nefasto gobierno de Trump, y espera que los demócratas con Joe Binden, gane las elecciones próximas en los EE UU y al menos que la política de los derechos humanos estén al servicio de los ciudadanos.
En medio de este despertar de la primavera de la democracia, le espera el turno a nuestro país, para salir del gobierno despótico, arbitrario y dictatorial del binomio Uribe-Duque. La centro izquierda tiene la oportunidad de oro para ganar el gobierno en el 2022, donde el pueblo colombiano tenga la oportunidad de elegir un gobierno que amplíe el ejercicio de la democracia plena, donde se proteja a los líderes sociales y sus organizaciones, donde la riqueza de la nación sea por primera vez para servicio de todos y todas, para reactivar la economía que genere trabajo, ingresos, mayores oportunidades de acceso a la educación, para acabar con la intermediación en la salud de la voracidad de las Eps, en síntesis, para que haya bienestar y desarrollo para todos los colombianos, aprestémonos para también recibir la primavera de la democracia.
Harold Ruiz Moreno
Ex concejal de Pasto.