
Para liberarse hay que iniciar por uno mismo… pensar que la pandemia iba a develar la importancia de tener conciencia de la existencia, cuando en la soledad de las cuatro paredes cada uno sentía la impotencia, afuera pasaba algo parecido, las calles respiraban de la presencia humana. Lastimosamente, muchos tomamos conciencia en el sufrimiento y el fatalismo, muertes de seres queridos, amigos que se fueron, relaciones que se rompieron. ¡Algo jamás antes vivido! ¿Y de quién es la culpa? ¿De Dios? ¿Los chinos? A mi juicio pasó (obviamente hay circunstancias científicas y consecuencias fatales nada surge del azar) y debemos afrontarlo. ¿El lector pensará porqué escribir esto ahora? Y tiene razón, pero algunos no tuvieron ni siquiera la oportunidad de pensar en su existencia fuera del dolor, para muchos la vida siguió y la pandemia no tuvo mayor eco. Muchos se entregaron a la vida espiritual y prácticas religiosas, y está bien, pero… ¿qué tan viable será que todo lo dejemos en manos de un Ser el cual no lo vemos? Y parte de tener conciencia es la capacidad de analizar los últimos acontecimientos. No me refiero a las cifras escandalosas ni si quiera al programa del gobierno -me refiero a su espacio de televisión-; aquí, se hace referencia a la lucha, al peligro, al riesgo (Dussel) a lo nuevo. Difiero de la palabra reinventarse, las personas no lo hicieron, simplemente utilizaron herramientas que ya existían para adaptarlas a una realidad.
La economía progresivamente cambió de dinámica, hasta la religión tuvo que ser influyente en redes sociales, y qué queda ahora por hacer cuando ya volvemos progresivamente, ¿volver a lo mismo? Lastimosamente, es lo más probable. Tenemos miedo a buscar alternativas y eso se ve reflejado en todas las acciones. Las noticias lo dicen, personas sin tapabocas, establecimientos sin protocolos de bioseguridad, más líderes y lideresas sociales muertos, grandes marchas a nivel del país, bailes en la minga indígena, docentes insatisfechos, alumnos que no aprenden, padres de familia que no soportan más a sus hijos e hijas en la casa, aumento de la violencia intrafamiliar, un gobierno que prepara su veneno para esparcirlo en las montañas de Nariño… bueno lo único que cambiará es que no habrá carnavales, de resto más de lo mismo.
El próximo año, será político y vaticino que será igual de corrupta, no es pesimismo, pero es la realidad. Más acentuada tal vez, muchos quedamos sin trabajo y tocará golpear la puerta del político y trabajar cubriendo del sol y lluvia a quien tocó apoyar, y arriba los mismos de siempre y el pobre más pobre. Ojalá se utilice el reinventarse para que las personas que no ejercen su voto, reinventen esa decisión.
En el trasegar de los días compartiré apreciaciones del porqué “Liberarse”, un espacio para compartir la Filosofía de la Liberación, donde se defenderá la condición de ciudadano que lucha el preciado BIEN COMÚN, el RESPETO de la dignidad humana y la IGUALDAD. desde ese enfoque libertario compartiremos la opinión sobre temas de actualidad.
Luis David Calderón Patiño
Licenciado en Filosofía y Educación Religiosa