COLOMBIA

En Popayán otro joven asesinado

El gobierno anunció que va a investigar todos los desmanes de la fuerza pública, que no tolerará excesos en el uso de la fuerza, sin embargo la realidad es otra. La violación de los derechos humanos pasa de una ciudad a otra, en un recorrido de muerte. Primero fue Bogotá, luego Cali, Pereira, Barranquilla, Buga, y ahora Bogotá. Pareciera que quieren apagar el incendio con gasolina.

La indignación se nota en la calle

La ‘ciudad blanca’ es epicentro de protestas. Miles de manifestantes muestran su indignación y gritan al mundo que Colombia no puede seguir por el camino de la muerte.

Se derribada la estatua de Francisco de Paula Santander, cerca del Terminal de Transportes de Popayán.

Vandalismo policial es la respuesta del gobierno

Una tanqueta del Esmad arrolló a varias personas contra una pared, varias resultaron heridas.

 Asesinan otro joven

El joven fue identificado como Sebastián Quintero Múnera, de 22 años, y falleció este viernes en el hospital Susana López, luego de ser impactado en el cuello por una granada aturdidora lanzada por el Esmad.

El Tiempo señaló que el hecho se registró en medio de una protesta en el barrio La Esmeralda, de Popayán. La víctima era un estudiante de ingeniería informática de la Universidad Colegio Mayor del Cauca.

Un video del joven herido en el piso se viralizó en redes sociales.

Llevaron a la muerte a Alison Meléndez

En varias ciudades de Colombia se realizan plantones rechazando el abuso de policías en Popayán contra Alison Meléndez, una joven de 17 años, y demás graves violaciones a los derechos humanos en que están implicados miembros de la fuerza pública. Estos aberrantes comportamientos unifican cada vez más sectores de la sociedad colombiana, en el reclamo de revisión y reforma de unas instituciones que deberían ser garantes del respeto y defensa de la ciudadanía y se han convertido en grupos de vándalos que disparan a matar, golpean sin compasión, ultrajan y violan.

Tratamiento de urgencia

Esto no resiste el discurso de las manzanas podridas con que se quiere individualizar la culpa, ni menos el discurso uribista de rodear a las instituciones y apoyar a nuestros héroes. Llegó el momento de hacer de la policía y el ejército, de todos los componentes de la fuerza pública, un cuerpo digno de encargar autoridad y disponer de armamento. El poder de la fuerza sólo lo pueden ejercer quienes tienen una formación ética y humanitaria. REFORMA YA, PARA SANEAR UNAS INSTITUCIONES ENFERMAS.

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