A casi un año en esta situación de pandemia hay que revisar si la infraestructura de salud está preparada para brindar prevención y tratamiento a la población. Las cuarentenas tenían por objeto no sólo aplanar la curva, sino dar tiempo para alistar los servicios de salud. Que el gobierno departamental haga un pronunciamiento entendible para cualquier ciudadano, de lo hecho y del estado actual, en cuanto a los recursos invertidos y los resultados obtenidos.
Esta segunda ola de contagios y las tasas de ocupación de las UCI que estamos padeciendo, donde todos los días disminuye el porcentaje de disponibilidad de camas UCI, tiene un claro mensaje: mayor cuidado de la ciudadanía, lo que requiere apoyos oficiales para la sobrevivencia, y mayor planeación e inversión en dotación y personal hospitalario.
Y además es urgente conocer el plan de vacunación en el departamento de Nariño. Mientras el gobierno nacional guarda secretos sobre la contratación de las vacunas, en Nariño debemos adelantarnos a tener claridad de cómo y con qué vamos a favorecer a la población en la campaña de vacunación.
