NARIÑO

Congresistas de Nariño se pronuncian | Carta del Senador José Aulo Polo al Presidente Duque

En el programa Ciudadanos en Acción, que se emite de lunes a viernes, de 10:30 a 12:00, el senador ipialeño José Aulo Polo dió declaraciones destacando su posición permanente en contra de las políticas oficiales y convocando a las nuevas generaciones a asumir su responsabilidad de conducción política y social, para sacar a Colombia adelante. Allí dió a conocer la misiva que ha radicado en la presidencia de la República.

Polo ha liderado los debates contra la reforma a la salud en la Comisión Séptima del Senado, desde el año pasado. Ahora se comprende lo lesivo de esta iniciativa que quieren convertir en ley y que acabaría de entregar el sistema de salud a los negociantes privados, y se coloca en primera línea detener ese nuevo atentado contra los derechos de la sociedad colombiana.

Este es el texto radicado en Bogotá:

Ipiales, mayo 3 de 2021

Doctor

IVAN DUQUE MARQUEZ.

PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA

E.S.D.

En mi calidad de senador de la república me permito hacerle con respeto por su dignidad, pero con la contundencia y claridad que me caracteriza, las siguientes exigencias:

No hay duda alguna, estamos ante la peor crisis económica y social de nuestra historia: miles de empresas en quiebra, el desempleo disparado, la informalidad rampante, las familias cada vez comen menos, el sistema de salud no da abasto, los ingresos caen y en el último año las familias han debido echar mano del ahorro, las que lo tienen, para poder mantenerse … y el gobierno prioriza la reducción del déficit fiscal, el tener que responder por la deuda externa, hacerle caso a las exigencias de las calificadores de riesgos y en hacer que las familias asuman nuevas cargas impositiva, que o bien es injusta en algunos casos o en otros definitivamente no es el tiempo de hacerlo.

En momentos donde nuestra solidaridad con los más débiles y vulnerables, la justicia con quienes poco tienen, debería ser la prioridad como sociedad, resulta que no es así y por el contrario quienes tienen a su haber las grandes decisiones del país se muestran indolentes, parecieran de otros mundos, ya ni siquiera se trata de lo urbano y su prevalencia sobre lo rural; es que se gobierna y se legisla para un país que solo existe en sus mentes. No se trata solo de la inutilidad de las políticas públicas, es su completa inoperancia en los tiempos que corren, es incluso la probabilidad de que sus efectos sean completamente contrarios a los requerimientos que hoy se tienen.

En salud su gobierno sigue insistiendo en un modelo basado en las empresas prestadoras de salud (EPS), modelo que ha demostrado ser ineficiente e ineficaz, a pasos tercos y agigantados trata de aprobar una ley (010) que dejará en pésimas condiciones, aún más, al sector salud: en últimas la salud hecha finanzas al servicio de muy pocos.

La educación no solo enfrenta desfinanciamiento, sino que ante la crisis la probabilidad de estudiar es cada vez menor. Las universidades públicas soportan altos déficit mientras el gobierno incumple los distintos acuerdos logrados; las universidades privadas han visto cómo las matrículas descienden ante las crisis de las familias. A este paso ni las unas ni las otras podrán llevar a cabalidad su función. Los costos de esto son grandes para una sociedad que ve cómo su juventud termina siendo NINI, ni estudia ni trabaja.

Y así se podría seguir hablando de las distintas opciones que el Gobierno ha venido presentando, que pasan por la violencia y el asesinato de líderes sociales y firmantes del acuerdo de paz en su máxima expresión, los mercados laborales, las pensiones, la matriz energética, la fumigación con glifosato, las pequeñas y mediana empresas, las infraestructuras y la propia ruralidad. Y en lo que podría estar mostrando resultados concretos, en el proceso de paz, por el contrario, se ha empecinado en atacar la justicia transicional, definitivamente la paz no hace parte de las prioridades gubernamentales.  Somos un país que se niega a avanzar y persistimos en regresar al pasado.

Y cuando atravesamos un camino de la pandemia muy complicado, un tercer pico que ha sido aún más fuerte que los precedentes, y para el colmo los programas de vacunación no funcionan como debe de ser y hasta el oxígeno ya empieza a escasear; cuando la reactivación esperada desde agosto pasado no ha sido posible, el empleo no se recupera y en últimas las condiciones económicas y sociales se siguen deteriorando, la evasión y la doble contabilidad, formas de corrupción de muchas empresas, son los otros factores que contribuyen a deteriorar más este panorama. Datos de 2019 indican que la primera representaba el 3 por ciento del PIB, unos 30 billones de pesos, o sea, de la que se calcula recaudar con este proyecto de reforma, más la corrupción en la contratación estatal, que se estima en unos 50 billones de pesos cada año, no habría necesidad de reformas tributarias estructurales que se volvieron anuales. No se oye una propuesta de la Dian para erradicar estas costosas prácticas.

Por el contrario, su gobierno le propone al país dos reformas perversas la tributaria y la salud, en el momento más inoportuno y en la forma menos indicada.

Hoy se demanda más la empatía que medidas salidas de foco. Es imperativo exigir sensatez gubernamental, las molestias siguen creciendo, las marchas seguirán, las cacerolas también seguirán retumbando. Probablemente la gente se quede en la calle, la gente desafía el virus, el hambre, la lluvia y también las balas del esmad y del ejército. El pueblo tiene la vida jugada, da lo mismo que lo mate el virus, la metralla o el hambre. La desesperación está en su máxima expresión.

Los pueblos se rebelan y se levantan y están en su legítimo derecho cuando la ignominia e injusticia los agrade.

Señor presidente:

  • No más reformas tributarias ni por consenso.
  • Retire el proyecto 010 de reforma a la salud pública.
  • Dé marcha atrás a la intención de volver a fumigar nuestros campos con glifosato.
  • Regrese las fuerzas armadas a sus cuarteles.
  • Es hora de un gran diálogo nacional con todas las organizaciones sociales del país, para definir las políticas que posibiliten enfrentar la mayor crisis socioeconómica de nuestra historia.

AUTORIDAD SIN JUSTICIA NO ES AUTORIDAD.

JOSÉ AULO POLO NARVÁEZ

SENADOR DE LA REPÚBLICA

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