
“Ingresa paciente sin signos vitales, pupilas plenas y signos de muerte, livideces dorsales, se decreta hora de muerte…”, confirma la historia clínica en el momento que Javier llegó al centro médico. La autopsia reveló también, que la causa de muerte de Ordóñez fue politraumatismo, lo que significa múltiples lesiones recibidas.
Como evidencia se tienen el documento, un vídeo y 6 fotografías que fueron tomadas en la clínica post mortem. En el cuerpo de Ordóñez tenía alrededor de 40 golpes, los cuales le habrían destrozado el hígado. El abogado de la familia de la víctima sostiene que fueron las descargas y la golpiza las que le ocasionaron la muerte y que esto ocurrió en el CAI de Villa Luz.
Los principales involucrados son: Damian Rodríguez y Juan Camilo Lloreda. Sus versiones son de personas que consideran un procedimiento normal lo sucedido. Este último aseguró que se encontraba “tranquilo”, porque ellos solamente fueron informados de un hecho “motivo por el cual procedemos a trasladarnos a dicha dirección. Al llegar observamos una aglomeración de personas las cuales estaban discutiendo y un sujeto vestido todo de negro estaba agrediendo a una femenina”. “El sujeto vestido de negro”, como el uniformado se refiere, es Javier Ordóñez. Lloreda aseguró que la víctima le habría propinado un puño en el pómulo izquierdo y otro en la espalda, lo cual ocasionó que se le cayera el ‘taser’, como el “sujeto” emprendió la huida, él lo retuvo con la pistola eléctrica y este cayó al piso. El policía asegura que tenía mucha fuerza, por lo cual su compañero tuvo que ayudar a reducirlo hasta que lo pudieron trasladar al CAI de policía “En el momento que estamos diligenciando la documentación, siendo 01:00 a. m., el señor Javier Humberto Ordóñez manifiesta sentirse mal, por tal motivo se solicita un vehículo policial para trasladarlo a la Clínica Partenón, el vehículo llegó siendo las 01:05 a. m. horas y de inmediato lo trasladamos a esa clínica”. Dice que a la 01:08 a.m. tan sólo tres minutos después llegaron a la clínica y fue atendido de manera inmediata, pero que a los 15 minutos les aseguraron que había fallecido.
Gracias a fotos y vídeos de prueba, en el cuerpo se encontró un fuerte golpe a la altura de la sien del costado derecho de la cara, y lo que parece ser una punzada en el hombro derecho. Tras la autopsia se detectó una herida en la pierna derecha y todavía sus allegados siguen pidiendo que se establezca si se trató de una esquirla de bala. En las fotos se muestra morados en el cuello, ojo izquierdo y las muñecas. Ordóñez fue esposado con las manos en la espalda.
Los amigos de la víctima aseguran que Ordóñez fue increpado la primera vez por los dos mismos agentes de policía, mientras bebía whisky en las bancas de la calle 53 y que cuando se lo toparon la noche del 9 de septiembre, le dijeron “Otra vez usted, Javier”. Wilder Salazar, uno de los principales testigos y amigo de la víctima, quien ya ha dicho que sufre de amenazas, aseguró que, aunque le habían dicho que serían llevados a la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de la Granja, éstos se desviaron hasta llegar al CAI de Villa Luz, “De hecho, una de sus tías pidió que la dejaran subir a la van y no se lo permitieron”, aseguran allegados a Ordóñez.
Una allegada de Ordóñez dijo que se desplazó al lugar luego de recibir una llamada de Wilder y que cuando se aproximó y preguntó por sus conocidos, el patrullero Juan Camilo Lloreda Cubillos (involucrado), le dijo que no estaban en el lugar. Fue cuando llegó Juan David Uribe, otro amigo de la víctima, quien exigió que se lo dejaran ver y fue quien exigió la ambulancia.
Otro ciudadano, Marco Valencia, asegura que el patrullero Lloreda lo agredió días atrás, lo cual concordaría con lo que comenta uno de los testigos del caso de Ordóñez.
La investigación continúa, pero cada día crece más en la ciudadanía el reclamo de tener autoridades que lo protejan y no delincuentes abusando de la autoridad.