Los republicanos en el ubérrimo


Lo más triste para mi país es depender de otras potencias, lo digo así porque Colombia es un país próspero con grandes fortalezas que debiéramos ser una potencia mundial, nuestra riqueza y la ubicación geográfica lo aseguran. Sin embargo y con los pies en la tierra… somos más de lo mismo… un país dependiente y ahora con mayor acento. Durante esta última semana nuestra atención se volcó a las noticias internacionales, hasta los canales locales cubriendo la noticia de la Casa Blanca. Los estadounidenses decidieron que ese tal Biden un castrochavista y socialista se quede con la presidencia del país que nos tiene sometidos por todo lado.
Para los republicanos en Colombia que curiosamente son los mismos uribistas, vivimos las mejores relaciones diplomáticas, un apoyo incondicional por Trump, una persona sensata y que nos apoya en todo. Particularmente en la lucha contra las drogas, el gobierno Trump ha sido contundente, claro contra los campesinos esos guerrilleros, porque en el país norteamericano no controló absolutamente nada, él decía que el problema solamente es de Colombia. En varias ocasiones el discurso de Trump fue hasta despectivo e hiriente contra Colombia y más con su homólogo Duque, ante ello más se arrodillaba para que entregue más recursos y seguir endeudados.
Con Trump para muchos, otro periodo no quedaba mal, me imagino a Uribe reunido con su gabinete departiendo y charlando de qué manera independizarse para asperjar el gifosato y que ese tal Biden no se entere. Me imagino a Duque pidiendo la palabra mientras todos lo miran con impaciencia: Presidente, y ¿si lo visitamos y le apostamos a la economía naranja?, se siente un silencio rotundo en uno de los salones del ubérrimo y por ahí de la nada aparece Claudia Blum con otro aporte: vamos a conquistar a Biden con los inmigrantes así obtendremos más recursos, así no los ejecutemos. Insiste Duque: presidente, y si voy hablar sobre cambio climático? ¿Le mostramos fotos antiguas de cómo eran nuestras riquezas naturales, total él no se enteraría de cómo las hemos maltratado? De pronto el exprocurador Ordoñez sentado con sus tirantes dice: carachas ¿alguien puede darle un balón al niño Iván? Es ahí donde Uribe manda a llamar al Tino Asprilla para que juegue un picadito con el niño Iván. Al fin el gabinete puede estar tranquilo compartiendo la próxima jugada política para quedarse con el país otros añitos. Pero… mientras jugaban el picadito, sus amigos encerrados en el ubérrimo ya le habían publicado un trino a su nombre.
Por otro lado, las cifras de pobreza en los EEUU han ido aumentando, difícil tarea la de Biden, no celebro la victoria del nuevo presidente, total los estadounidenses son capitalistas y de bien común poco y nada. Ojalá cumpla con el cuidado del medio ambiente.
Luis David Calderón Patiño
Licenciado en Filosofía y Educación Religiosa