
Toda etapa electoral en el ámbito local, tiene como epicentro de debate lo que no hizo la administración saliente, sus falencias, ausencias, el mediano hacer, y una discusión ideológica que recae en quien ha estado los últimos cuatro años en el manejo administrativo de una alcaldía. Este fue el caso del pasado escenario electoral, con una saliente administración con más procesos a medias que resultados demostrados, y que se quedó sin poder consolidar la imagen alternativa con la que en su momento de campaña se hizo elegir.
En el 2019 todo giraba en torno a que a la alcaldía de Romero le quedó grande superar los graves problemas del municipio fronterizo, que esta fue una administración marcada por una publicidad alejada de la realidad, y mientras tanto una ciudadanía se encontraba en una villa sin norte, en medio del caos, y en donde se hacía preciso “recuperar el rumbo” y elegir una nueva representación que pueda decir “Hablamos con hechos”.
Si bien las críticas a la administración que se hacía llamar “La Capital del Sur”, no son desatinadas, también es válido decir que la autoridad administrativa denominada “Hablamos con Hechos”, en su decir no es muy significante o positivo. Es cierto que Villota está hablando con hechos, pero lo que se le olvidó mencionar al antes candidato, es que los hechos que hablarían son los de una administración que brilla por dar la espalda a los sectores populares, gobernar con un Concejo municipal amarrado, escándalos en contratación, señalamiento y criminalización de la protesta social, poca o nula información en la página oficial de alcaldía, un problema de inseguridad que ni con el aislamiento se logró menguar, secretarías a medio funcionar, pues el culpable de que en dos años de administración no se miren avances, es lo que dejó o no dejó haciendo “La capital del sur.”, eso se argumentó en el informe de los primeros 100 días de gobierno y en la rendición de cuentas, presentada hace una semanas en el inicio de sesiones del concejo municipal.
Desde el inicio de gobierno se configuraban los elementos suficientes para una crisis, un plan de desarrollo construido a espaldas de los ipialeños, con un consejo de planeación municipal sin la participación de sectores importantes, juventud, mujer, entre otros.
En términos de contratación no hay que olvidar cómo se cuestionó el Proceso Número: CD 254 DE 2020, publicado en el Secop el cual versaba sobre la adquisición de suministros de protección para atender la pandemia, en donde se hacía evidente el sobre costo, y no solo eso, sino que también se presenta una irregularidad en las fechas pues se celebró días antes de ser publicado.

Frente al tema de seguridad, exigencia más enfática de la ciudadanía, se obtiene un malestar general y una sensación de inseguridad. Al transitar, el espacio público, sobre todo en el parque San Felipe, es notorio que se encuentra secuestrado por el expendio y consumo de drogas, sin que se realice el mínimo control de parte de la fuerza pública; este hecho contrasta con el tratamiento a vendedores informales, que contrario a usar la plaza para expendio de drogas, lo usa como medio de subsistencia y pareciera que es el enemigo del espacio, pues son recurrentes las advertencias de desalojo a quienes hacen su práctica comercial en las calles. Preciso mencionar que organizaciones del comercio informal han llamado a la construcción de una política pública concertada, participativa y con garantías. La respuesta ha sido evasiva.
En el manejo a la protesta social, alcaldía municipal con la ayuda de medios de comunicación locales nada independientes, salieron a criminalizar a un grupo de jóvenes que se movilizaron en favor de la paz y en contra de las masacres en el departamento, pidiendo “decisiones judiciales ejemplarizantes” cuando estos aún no habían iniciado su debido proceso, vulnerando así la presunción de inocencia, al final de esta situación los jóvenes que habían sido detenidos en hechos confusos en contra de las instalaciones de la alcaldía, fueron dejados en libertad pues no se encontró ningún relacionamiento en su actividad de movilización y los daños que se perpetraron en instalaciones del palacio municipal.
También causa curiosidad cómo Concejo municipal, guarda cierto tufillo de complicidad con el burgomaestre ante estos hechos que hablan por sí solos, basta con observar cómo en inicio de sesiones de concejo, alcaldía presenta un informe de gestión, y las intervenciones de los cabildantes no reflejan un solo aspecto crítico ante un informe escueto, débil y sin sustento, en el que se afirma la formulación de varias políticas públicas, de las cuales ninguna se encuentra publicada en el sitio web hasta la fecha por lo tanto su contenido es desconocido.
Un panorama bastante lóbrego el que queda después de observar lo que los hechos dicen, que se reafirman en cómo la población del corregimiento de La Victoria expulsa al actual alcalde cuando pretende llegar con anuncios de mejoramiento de vía en medio de una oleada invernal, este fin de semana nos dejó una imagen de ver a un mandatario rechazado por su propia comunidad la cual ya no es crédula y le interpela sus promesas de campaña hasta ahora incumplidas.
Pero la cereza de esta crisis, se la lleva el monumental escándalo de cientos de mercados apilados en instalaciones de Empoobando y el coliseo municipal. Existen situaciones sin resolver al respecto, las manifestaciones entregadas por autoridades son lacónicas, insuficientes para generar confianza. Cómo es posible que una administración desconozca los alcances de una visita del ministerio público, al cual no se le permita la entrada para hacer las respectivas diligencias que le ha conferido la constitución y la ley. ¿cómo pretende esta administración dar una imagen de buen gobierno cuando lo hace a las espaldas, cuando las manos no se ven encima de la mesa?
Mención aparte debe llevarse lo que sucede con Empoobando, en próximas ediciones espero hacer mención a este tema
Como conclusión, llevamos mitad de periodo de gobierno, y esta alcaldía cada vez aumenta su similitud a quien más criticó y en quien se basó para despertar un sentimiento de indignación con el fin de acumular votos. Hoy existe indignación, la patraña no genera más que eso, en La Victoria ya se evidenció.
POST SCRIPTUM
El país está en el constante debate por materializar la paz, existe un acuerdo, una legislación nacional para implementarlo, con funciones específicas para los entes territoriales, pero en este hablamos con hechos, la paz no se la ve, no se la escucha, ni se la lee de a mucho.